martes, 10 de noviembre de 2015

¿Por qué los británicos son los dueños del mundo?

Publicado Guay del Paraguay. Noviembre 2015

No me he vuelto loca. Cada vez que voy al Reino Unido, lo primero que me pregunto cuando el avión está aterrizando es por qué los británicos son tan tocapelotas. 

Conducen al revés, lo cual es desconcertante e incomprensible. Te hacen pasar por un tedioso control de pasaportes con el único objetivo de intimidarte y hacerte perder tiempo. Estás en Europa, pero no estás, porque son ambiguos en cada uno de los detalles que muestran en su cotidianidad. Y, esto ya es una muestra más de lo raros que son, no usan euros. 


La libra esterlina es intocable. Cuando pides un café y te cobran tranquilamente tres libras, el café en cuestión cuesta cinco euros, no tres, que es la cuenta fácil que te haces siempre en la cabeza. Mil pesetas. Sí, mil pesetillas un poco de agua sucia. La cerveza anda en las seis libras, es decir unos ocho euros. No digo más.


Añado que, alquilar un apartamento en Knightsbridge ronda las diez mil libras al mes. Quince mil euros. ¿Veis? No están bien. Pero... ¡Londres me encanta! ¡Qué maravillosa ciudad! Es como tocar el cielo. 


Cosas que no hay que perderse. Por favor que no continúe leyendo quien piense que voy a hablar de la Torre de Londres, el Golden Eye, National Gallery, etc. 


Imprescindible comer pato laqueado en el Barrio Chino, acompañado por unas deliciosas ancas de rana picantes... Es importante concentrarse en la comida, porque amables, no son amables. Los ingleses no lo son, pero los chinos que se han criado en el Reino Unido, esos ya no hay por donde cogerlos. 


Otro 'must', pasear por sus mercadillos. Puede que su tendencia a robar tesoros arqueológicos por medio mundo (para este particular, recomiendo consultar la página web del Museo Británico) les haya dado la llave al virtuosismo para crear mercados al aire libre. Nadie como ellos para hacer que la basura parezca oro, y la morralla diamante en bruto. En Cadem sólo venden ropa usada, que huele fatal. Junto a los franceses, los británicos pasan por ser lo más desaseados de Europa, al notar el perfume embriagador que emana de esas prendas, constatas que esta afirmación, por una vez, no es un invento periodístico. Pero, aun así, siempre compras algo, y te vas tan contenta con tu bolsa y cincuenta libras menos.


Como ya dije al hablar de Agatha Christie, los ingleses son nulos para aprender idiomas. Tal vez no se han puesto en ello porque no lo consideran necesario, tontos no son. O tal vez la simpleza de la estructura gramatical del inglés les ponga trabas para aprender otras lenguas con cientos de declinaciones y tiempos verbales. Pero el francés lo consideran lo más del refinamiento. Nadie sabe hablar francés, no nos engañemos, pero conocer dos o tres palabras les colma de felicidad. En esto los ingleses muestran (¡otra vez!) cómo les gusta llevar la contraria. En el Continente, el francés (excepto en los países de su órbita) es despreciado e ignorado. En Alemania, en Italia, en los Países Eslavos, en Hungría... Nada, ignorancia total de esa lengua muerta. Pero a los ingleses les gusta. Creo que por ello, de entre todos los huidos por las guerras de Oriente Próximo, los libaneses han sido los mejor acogidos entre los británicos. De ahí la proliferación de sus restaurantes, un rayo de luz mediterránea entre esos guisos horribles.  


Lo mejor para el final. Los ingleses supuran odio hacia España. En esto demuestran que no son tan elegantes como quieren hacernos ver. Han ganado todas las batallas, y aun así, no muestran indulgencia hacia el perdedor. Llevan mal que el español se expanda como una mancha de aceite y disimulan mal su desprecio. Tengo pruebas irrebatibles respecto a esto. Instrucciones de evacuación de un Hotel de Lujo en Knightsbride. Observad la traducción al español. 




Efectivamente, quieren que nos quememos. Habéis llegado a la misma conclusión que yo. Ni se han molestado en contrastar con algún nativo semejante esperpento.

Pues bien, me pasaría la vida en Londres. ¿Entendéis ahora el secreto de su triunfo? Son odiosos y aun así los admiramos profundamente.

Próxima estación Berlín.



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