viernes, 23 de marzo de 2018

La sequía de los Best-seller.


Primera afirmación, me encanta leer. Si es literatura de la buena, mejor que mejor. Pero claro, de vez en cuando se cede a la debilidad, al vicio. Lo endeble de la voluntad humana (en este caso la mía) cae ante best-sellers. No todos son necesariamente malos, pero la probabilidad es grande.
Con un matiz. Si hay un best-seller escrito en serbocroata, por ejemplo, y su publicación ha traspasado sus estrechas fronteras lingüísticas, el libro tiene algo o mucho de aprovechable. Ninguna editorial se arriesga a publicar algo muy local, si no goza de calidad. Esto, cuando se trata de la lengua inglesa, no pasa. Aquí la ecuación se invierte, se traduce todo y casi todo es malo, porque no hay que molestarse en refutar nada ni comprobar nada, y para alguna joya que puede caer en tus manos, el resto es completamente prescindible. Importamos hasta sus críticas, sus gustos y sus opiniones. Las críticas se repiten machaconamente: "Soberbio, digno de tener en cuenta, impresionante, nos ha dejado sin palabras…”, junto con la mención de la publicación a la que pertenece la reseña, todas – claro está – estadounidenses e inglesas. Así todo, un no parar. Da igual que sea una novela de amor, de misterio, de miedo… Siempre te quita el aliento =”breathtaking”, o te deja turulato = “awesome”, sin término medio.
El ensayo en lengua inglesa – sin embargo – no cumple necesariamente estos parámetros que denominaremos ‘prescindibles para el cerebro’. Invierten en talento e investigación y eso – claro está - se deja sentir.
Volviendo al mundo de los libros más vendidos. Observad, cuando vayáis a librerías grandes que tengan a la entrada la lista de lo que ellos más venden, y que por extensión es una muestra a nivel global, que más de la mitad son librillos de tres al cuarto publicados en Estados Unidos. No falla. No hay sopresas, igual que cuando vas al desierto y ves arena, es obvio, patente, inmutable.
Como me había leído “Q”, con su trama y su análisis histórico sesudo, decidí hacer descansar la mente y leerme algo de asesinatos y misterio. Me chiflan esas tramas, uyyy, las de Agatha Christie son mis favoritas, pero como me leí ya todos los libros, ahora me apaño como puedo con lo que van publicando. Veo que hay un difunto y/o desaparecido en extrañas circunstancias y ya caigo. Intento leerlos en inglés, por eso de practicar, pero no siempre, haciendo de la debilidad algo más sórdido. Leo el libro traducido al español… Mal, mal…
Para inspirarme, suelo echar un vistazo a una sección de “El País” que se llama "Elemental". Os la recomiendo si os gusta el género, tendréis puntual información de lo que se traduce y de qué trata. De este repositorio salió mi deseo de leer “Años de Sequía” de Jane Harper. Recomendación total de los críticos (en este caso españoles) y de amigos con los que comparto esa afición de la lectura de misterio.

Punto a favor, la trama se desarrolla en Australia. Dejamos de lado Estados Unidos y sus páramos llenos de pirados. La pregunta es: ¿en qué parte de Australia? Pues no lo sé. Ni idea, vamos. Es una zona rural, afectada por la sequía, con un nombre aborigen (Kiewarra) que no aparece ni en Google-maps. Menciona dos ciudades más grandes, Clyde (hay tres localidades con ese nombre en Australia) y Melbourne, ahí ya bueno, tenemos una referencia, a cuatrocientos kilómetros, pero referencia al fin y al cabo.

Que se desarrolle al otro lado del globo tiene un punto atrayente. Aquello está tan lejos y es tan ajeno a nosotros, que necesariamente al oir AUSTRALIA, ya nos ponemos alerta. A mi de adolescente me encantaba Jason Donovan, con sus pelos rubios y su cara angelical, no tiene nada que ver con lo que estoy escribiendo, pero bueno, lo digo por centrar un poco el prototipo de cosas que sabemos de los australianos. Él fue uno de los protagonistas de un 'soap-opera' = culebrón, de título 'Vecinos' (Neighbours), del que se han rodado ¡Atención! 7.800 capítulos... Si, siete mil ochocientos. Imaginad el portento que deben ser los guionistas, para lograr dar forma a tanto diálogo tontucio y tanta trama, el rodaje sigue. De este culebrón han salido todos los actores australianos que conocemos, bueno, Nicole Kidman no. Pero sí Kylie Minogue, Russell Crowe, Liam Hemsworth, Natalie Imbruglia... Luego ya dieron el salto hacia Hollywood, hablar inglés es lo que tiene, abre muchas puertas. 

La trama de 'Vecinos', para aquellos que no la hayáis visto, es muy simple, en un suburbio ficticio, la gente se relaciona con odio, con amor, manteniendo relaciones sexuales o haciéndose la puñeta para dar forma y tensión a la trama, dentro de un agobiante entorno del que no salen. El mundo suburbial ofrece todo aquello que un ser humano puede desear ¿Para qué ir más allá? Copia del modelo americano, pero con algún aborigen de aquellas tierras suelto, por darle color y mezcla racial. Eso a los anglosajones les encanta, es su forma de auto-convencerse de que no son racistas.

Al leer 'Años de Sequía' imaginaba a todos los personajes moviéndose por calles como las que aparecen en la serie. Sólo que en el libro todos son rubios (en serio) y no se cuela ningún descendiente de los aborígenes que ya habitaban aquel mundo antes de que llegaran los ingleses. Las descripciones de los personajes son pobrísimas, pero si da alguna pincelada sobre la apariencia física de hombre o mujer, es tremendamente rubio/a, y por extensión atractivo/a.

El argumento es el siguiente: un policía de delitos fiscales en Melbourne, asiste al funeral de su amigo en Kiewarra, éste, antes de suicidarse, ha asesinado a su esposa y a su hijo de corta edad. Aaron Falk, nuestro policía, salió tarifando del secarral hacia la gran ciudad con su padre por un asunto turbio, y tiene pocas ganas de volver a ver a gentecilla encapsulada en su mundo rural, lleno de miserias y agobiado por la pertinaz sequía, que lo consume en todos los sentidos.

Pero el padre del difunto le escribe una carta que dice: 'Tú lo sabías, Luke lo sabía, ambos mentisteis' ¡Puf! ¡Vaya frase! La típica pantochada que persigue captar nuestra atención y que a mi - ya desde el principio - me pareció irrelevante y absurdamente grandilocuente. Tengo que decirlo, la frase no conduce a nada y no ayuda a resolver el misterio.

No hace falta decir, que de suicidio nada y que hay un malo oculto entre la maleza, en este caso maleza poca porque aquello es un secarral fino. El asesino es obvio desde el principio, no puede ser otro. Como ávida lectora de novelas de Agatha Christie y usando su método para colgarle el muerto - nunca mejor dicho - a algún individuo/a, vi claro desde que apareció en el libro, que era él/ella. No os desvelo el método porque entonces os chafo su lectura. En estas novelas, si sabes quien es el asesino/a, vas dado y pierdes el tiempo. 

En el caso que nos ocupa, la pérdida de tiempo es obvia (a no ser que lo leas en inglés). No logra recrear el ambiente rural, no localiza nada en el mapa y los sentimientos de los personajes son tan obvios, que no te identificas con ninguno de ellos. La trama está mal resuelta, le falta rotundidad. Lo único que puede sorprenderte al final es el porqué de los crímenes, pero Aaron Falk dará con la clave.

El círculo se cierra, pero de forma semejante al abandono de los actores en los culebrones, aquí hay que acabar, y esto es lo que tiene que pasar, sin mayor ambición.

Creo que prefiero seguir teniendo a Jason Donovan como modelo de guapote australiano... Esta es mi idea de Australia (ver vídeo) y quizás aun no he sido capaz de liberarme del todo de ella, o no he querido.

Leed mucho.
M.







sábado, 17 de marzo de 2018

Crítica de los críticos... ¡Puff! Subidón

Bueno, una nueva faceta en mi vida...
Crítica de críticos. En este caso, de cine. De uno de los grandes, intocable, pero en sus horas bajas, estimo, porque mayores sandeces no se pueden escribir.

Para que sepamos todos de qué estamos hablando es imprescindible leer esta crítica suya: Pinchad este link.

Sin leerlo es imposible saber de qué va el rollo que paso a contar a continuación. Dejo también claro que yo no he visto todavía la película de la que habla. Pero como mi objetivo no es hacer propiamente comentarios sobre ella, me vale. Voy a criticar la crítica..

Película "María Magdalena", fecha de estreno en Madrid, 16 de marzo de 2018. Con la Semana Santa a la vuelta de la esquina y sobre el tapete uno de los personajes más misteriosos de la Historia. Hay estudios que demuestran/asumen que era una prostituta, de ahí la frase: "Quién esté libre de pecado que tire la primera piedra" (Jn, 8). Otros llegan más allá y la convierten en la madre de los hijos del nazareno, con todo tipo de tramas más o menos solventes, que la trasladan hasta Europa, huyendo de las persecuciones romanas a los cristianos y protegiendo al retoño (o retoños) del dios hecho hombre. En esta película, parece ser, es una mujer de familia acomodada, que busca su lugar y justificación en el mundo. El Nazareno le viene de perlas.




Que fue importante para Jesús, es obvio, a ella le dio el privilegio de ser una de las primeras en verlo resucitado. Si verdaderamente resucitó, o bien era una forma de darle la relevancia histórica que merecía, poniéndola en un momento ficticio pero relevante del devenir del género humano, pues no lo sabemos. Yo ni me atrevo a aventurarlo. Pero que era imprescindible darle visibilidad, es algo incuestionable. ¡Ojo! Que aquí hay algo clave y trascendental para las sociedades que posteriormente se alimentarían de las ideas cristianas, las mujeres tenían y podían tener un papel en la sociedad, y sobre ellas podía recaer el peso de las decisiones. Ha tardado casi dos mil años en ponerse en práctica, pero con exclusividad en los países donde se practica la religión cristiana, por algo será. (Nota, esto no lo reconocerán los detractores de la Religión, como Carlos Boyero, del que ahora hablaré).

No diré más de María Magdalena, porque libros hay para aburrir, la modernidad nos ha llevado a un esquizoide e interminable análisis de todas las cosas, lo cual es bueno pero dispersante. Eso sí, que cada cual saque sus propias conclusiones.

Bien, vamos con la película y su crítica, publicada en "El País" el 16 de marzo de 2018. 

Primera conclusión que se extrae de su lectura, el que tiene fe es un demente y además súper mayor, porque los hombres de ahora (más listos y con más inquietudes, como la del cine) no pueden perder el tiempo en algo que es absurdo. No es compatible creer y tener una vida sana mentalmente.

Si María Magdalena hubiese sido una guarra, y la película hubiese ofrecido un espectáculo semi-porno, el film sería un testimonio de algo REAL, que demostraría que Jesús era un pervertido, sometido a los instintos humanos más bajos, lo que pondría en un serio aprieto su esencia divina. Porque los Dioses, no chingan ni nada. Son como los ángeles, anodinos. Igual que los creyentes.

Penoso documento, es pobre en su redacción, no sabe que poner, no habla de la película, ni de la fotografía, ni de los actores… Se acaba en tres líneas porque realmente cree que – al hablar de un tema de Jesús – no merece la pena prestar atención. Es mejor ir con prejuicios a tutiplen y así con cuatro sandeces cubre el expediente. Es Carlos Boyero, puede permitírselo.


Se contradice, dice que en Semana Santa hay que ir al cine, pero NO A UNA PELI COMO ESTA, eso no. Eso es caca pura.
Otra contradicción, los directores SOLVENTES, fallan automáticamente al hacer películas con temática de Jesús.

Textualmente: Y en los tiempos modernos se han volcado en la historia de Cristo directores tan personales y sobresalientes como Scorsese y Mel Gibson. Pero ni la tortuosa La última tentación de Cristo ni la naturalista y sádica La pasión de Cristo me conciliaron con este género.

Sólo se salva Ben-Hur… ¡Dios santo! Ben-Hur NO habla de la vida de Jesús, sitúa la trama en la época de su predicación, aparece en la película, pero él no es el protagonista.

Y por último, hay que apresurarse a publicar EN UN SITIO RELEVANTE, la crítica de una película de trama religiosa. Lo antes posible para echar toda la mierda posible sobre ella. Y quedar de progre. Leo "El País" habitualmente, y hace tiempo que no veía una película tan destacada en su página principal, de la que – encima – se habla mal.


Si tan simplón, torticero, dañino y soporífero es el mensaje de Jesús, ¿por qué hay que atacarlo y refutarlo continuamente? Si fuera lo que dice Carlos Boyero - soporífero - se hubiese extinguido hace centurias. Pero no ha desaparecido.

Con este análisis no quiero convertirme en la abanderada de la Fe. ¡Cielo Santo noooo! Cada cual a lo suyo. Pero me molesta la simpleza y la arbitrariedad en personas a las que se da voz, y que consideran que - por ello - tienen el derecho de despreciar categóricamente las más arraigadas bases del desarrollo humano. No quiero hablar de esto, es extenso y no es el momento. Sólo quiero dejar patente la importancia del pensamiento cristiano en Europa, y  - por extensión - en el mundo. Nuestra mente abierta, nuestro espíritu crítico, el colocar al ser humano por encima de todo, separar el poder secular del religioso, la incipiente igualdad de la mujer... Todo ello se nutre de las palabras que pronunció un judío hace dos mil años.

Que ha costado mucho conseguir un mundo extrañamente civilizado, es obvio. Que la Iglesia ha abusado sin rubor de su poder, innegable. Que hay muchos fanáticos en la religión, muchos peros en su desarrollo, ¿quién lo duda? 

Pero recordad siempre esta frase, 
"Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres"
Jn, 8 31-38

¿Cuál es la verdad? No sé, de eso se trata, de buscarla, para ser libres. 
Para comenzar, pensando por uno mismo.

Leed mucho.
M.









lunes, 12 de marzo de 2018

Huelga feminista, herejes y otros temas de candente actualidad en mi mundo de outsider

Ya sabía yo, lo intuía con la mera observación, que la nueva estrategia de dispersión mental iba a traerme grandes alegrías. Bien dicen los que se alimentan de ideas vacuas que no hay que renunciar a ser uno mismo. Pues sí, tienen razón. He batido records de visitas en este modesto blog, reflejando lo que yo soy, es decir, un compendio de sinsentidos e ideas peregrinas a cual más esperpéntica. También he recibido felicitaciones en mi mail, ¡puf! Subidón. Me muevo en una nube de felicidad, tanto que voy a dar un paso más y alcanzar la catarsis.
(Nota, por catarsis entiéndase seguir escribiendo e ir dando bandazos).


Coincidiendo con el 8 de Marzo, “Día de la Mujer”, me hago dos reflexiones. La primera la recogía ayer en mi cuaderno de notas, con motivo de la presentación de un libro. ¿Por qué siempre tengo que estar escuchando frases huecas que no dicen nada? La segunda tiene que ver con mi propia historia. Me acordaba de mi abuela, que el día 10 de marzo hubiese cumplido 109 años, y en todas las cosas que me dijo. Cosas, que han resultado ser verdad. Todo lo que escucho y leo sobre la situación de la mujer en el mundo, escrito por mujeres que no tienen ni cuarenta años, criadas en un mundo de abundancia y con increíbles medios materiales y tecnológicos a su alcance, carece de la sustancia mínima para ser tomado en serio. No hay soluciones en sus palabras, sólo contradicciones y lugares comunes. Pero, una mujer nacida en una familia humilde, criada en la España profunda, y con acceso limitado a los nudos del saber, supo darme consejos que me han formado como persona y como mujer, y que aun me valen y me guían. Esto, siempre lo digo, debe hacernos pensar. 

Sólo hay una verdad, da igual donde cómo y en qué lugar nazcas, la mujer es un mundo en sí misma. No necesita nada, excepto conocerse bien. “Guárdate todos tus secretos, y sigue tu camino”, en mi caso es el camino de la catarsis y los bandazos, pero también vale. 
El día que la mujer se convierta en un grupo excluído, como está siendo el caso, un grupo marginado por el que hay que luchar, deberemos someternos a otra tiranía. Y la nuestra, la de las mujeres, es letal. Es letal para nosotras mismas, porque no somos capaces de crear un mundo propio, un camino. Y luchamos para sobrevivir y triunfar en un cosmos tóxico creado a imagen y semejanza del macho, de sus necesidades físicas y hormonales. Para dejarse sentir, hay que renunciar a ser lo que somos, abandonar lo que nos hace felices. Y eso nos desviará del camino, aunque quizás no, porque no hemos escogido ni creado ninguno propio.

Y ahora diréis… ¿En que consiste el camino de la mujer? No lo sé. Pero sé en qué no consiste, a saber: 
+ Escuchar bromas fáciles tipo: ‘hoy a mi mujer le he dicho que no planche, por ser su día’ = penoso. 
+ Concentrarse en la puerta del trabajo, en una empresa que no discrimina y en un país donde legalmente el hombre es igual que la mujer, pero no acudir valientemente a denunciar los verdaderos casos de discriminación y abuso que sufrimos en el mundo. 
+ Usar los encantos femeninos cuando conviene y es menester, y luego tachar de machista a quien cae en la trampa. 
+ Hacerse feminista al envejecer, cuando las carnes caen y los encantos ya no sirven. Y tachar a los hombres de salidos. 
+ Sumarse por seguir la marabunta humana, sin reflexionar. 
+ Publicar en las redes sociales: 'Yo empresa X me sumo a la huelga feminista', con un objetivo únicamente comercial, porque mañana todo seguirá igual.

Total que ¡hay que seguir con la lucha! Pero, ¿cuál es la estrategia? ¿el objetivo? ¿qué pasa con las que quedan fuera? ¿con las que eligen otro modo de vida? ¿cómo se va a gestionar el cambio? ¿Qué tipo de planteamiento – de existir alguno – es el que debe prevalecer? 
De tomar el poder la más ultra-feminista, ¿cómo será el mundo después? ¿Las niñas no podrán pasear el carrito y el muñeco? ¿las 'progres' no podrán ser Reinas y vestirse con ropa de modisto mientras se miran de reojo en un espejo? ¿dejaremos de soñar con ser princesas? ¿no podremos leer el ¡Hola! y soñar con que nos piden la mano de rodillas?

Demasiados interrogantes, demasiada falta de reflexión profunda. Demasiada hipocresía.
Y de nuevo, pienso en mi abuela y en su silencioso caminar por el mundo, en su vida, y en sus enseñanzas. En lo que debemos a personas como ella y a la suma de sus actos y su inteligencia a lo largo de la Historia.
"Vive tu propia vida, no la de la marabunta".

 Y nosotras... ¡SÍ NOSOTRAS! Ya hemos nacido en una época donde esto es posible, sin necesidad de sumarnos a causas etéreas. Porque yo también, como Javier Marías, me harto de escuchar sandeces.


Y aquí ¡MAGIA! Ya es cuando cambio el registro y me pongo a hablar de la herejía… Así a priori, parece que no tiene que ver con lo anterior, pero ya veréis como al final no es tan dispar.
Ayer acabé de leer un libro editado en 1999. Entonces, hace casi veinte años, me encantó, pero quizás no supe sacarle todo el jugo. Volvió a caer en mis manos hace unas semanas, haciendo limpieza de estanterías, amarillo y deslucido. Abrí la primera página, y ha sido un no parar. ¡Ah! La novela es 'Q' de Luther Blissett. El autor no es nadie en particular, es un grupo de periodistas, activistas, artistas y seres pirados varios que - las cosas como son - escriben divinamente. Leyendo reseñas de la novela, he sabido que con ella pretendían crear un paralelismo con la sociedad actual, sus injusticias y sus malogrados movimientos para acabar con la desigualdad en el mundo. La realidad que siempre se pone de manifiesto, que el poder es adictivo, peligroso y - cuando está en la senda de la dominación total - incontrolable.




Todo comienza con la irrupción en la historia de Martín Lutero, de su herejía y sus "95 tesis", clavadas con rabia y con nefastas consecuencias para la historia de Europa, en la Iglesia del Palacio de Wittenberg el 31 de Octubre de 1517. No oculto mis aversión por los herejes, aunque confieso que lo que llegue a creer cada uno, me da absolutamente igual. Pero no dejo de notar, que el Gran Cisma religioso de la Era Moderna sólo ha traído quebraderos de cabeza. El libro - sin ocultar su opinión negativa sobre el poder de Roma y la religión en general - construye una historia veraz y contundente sobre el avispero que era Europa en el siglo XVI, y no se arredra a la hora de presentar a Lutero como un oportunista, cobarde, que se vendió a los príncipes alemanes, con pingues beneficios para él y su familia, y terribles tragedias para miles de infelices. 


Carlos I de España, el Emperador del Sacro Imperio, quería construir una Europa Unida, un bloque compacto y católico que hiciera frente a la amenaza turca. Debido a una leyenda negra de latrocinio y rapiña, de mezcla de sangres varias,  de infamias y mentiras, se vio bloqueado por enemigos acérrimos. Enemigos que - aun en 2018 - España tiene. Vamos a enumerarlos, jamás DE LOS JAMASES, un alemán, un nórdico, un inglés..., hubiese permitido que un latino, un español (aunque el emperador fuese más alemán que español) dominase el mundo entero. Eso era impensable, los príncipes alemanes tenían que encontrar algo que les diera la clave para ponerle freno. Lutero se lo puso en bandeja, creó una religión a su imagen y semejanza. "La fe nos salva, nuestros actos no cuentan", dijo el ex-monje agustino, y claro, ya con eso estaba toda rapiña, confiscación e intimidación resuelta.

Al segundo de los enemigos del Emperador, La Iglesia de Roma, le interesaba un montón que Alemania se desestabilizara. También desde Italia se veía con malos ojos a Carlos, su poder ilimitado, su procedencia. Tan contentos estaban con que aquello fuera un avispero, más cuando estaba detrás de su estrategia nuestro tercer y más feroz enemigo, Francia, estos ya se llevaron la palma. Por fastidiarnos, se aliaron con los herejes - sin rubor - y ¡CON LOS TURCOS!. Les parecía preferible que Europa fuese invadida por los musulmanes, antes de que España dominara el mundo. Increíble. Lo de nuestros vecinos ha sido de nota. Ahora son católicos, para flipar.

El avispero en cuestión se les fue a todos los contendientes de las manos. Y eso es lo que demuestra la novela. Que al final, el poder, el verdadero Dios que teje los hilos del mundo, permanece inalterable y maneja a su antojo a los actores de quinta que se deciden a entrar en el escenario. Hay algunos que - mostrando cierta grandeza - se dan cuenta y se vengan a su manera cuando ya está todo perdido. Pero son los menos.

En esta catarsis colectiva, aparecen los predicadores, los visionarios y los que creen que sus ideas son la pera y que - así de repente - todo cambiará. Los hombres serán más libres, todos compartiremos el mismo pan, todo será felicidad, el dinero desaparecerá, no habrá 'Señores', ni ricos, ni pobres. Olvidando, así para empezar, que el ser humano no tiene remedio y que está sujeto a los más terribles instintos. 

Como iluminados hay siempre, más cuando escasea el pan, y aprovechando las ideas de Lutero y otros intelectuales más o menos solventes, aparecieron grupúsculos que afirmaban con rotundidad, que la culpa de todo la tenían los Príncipes, España, la Iglesia Católica y los comerciantes ricos que los explotaban (¿os suena?). Y se unieron con el objetivo de crear ciudades libres, donde todo era libertad y felicidad. Al principio la cosa parecía que funcionaba, pero luego... No fueron los Príncipes los que los destruyeron, fueron ellos mismos. Convirtiendo el Nuevo Reino Celestial en un concierto de muerte y destrucción, mientras lo 'poderosos' seguían a lo suyo. Con el rumbo bien claro.

Todos los visionarios con ideas grandilocuentes han acabado mal. Pero no porque los malos fueran con un garrote a darles en la cabeza, lo cierto es que se han aniquilado sin ayuda externa. Por eso no quiero que las mujeres se conviertan en una masa de seres vociferantes que redactan manifiestos oportunistas y que predican un mundo inalcanzable. En la cúspide de ese nirvana femenino se colocarán líderes letales, alimentadas por opúsculos sin sustancia. No quiero ser eso, no quiero ser una masa vociferante. Quiero sacar mis propias conclusiones de las cosas, no como parte de un movimiento de lucha.

Porque ser mujer, tal y como predicaba mi abuela, no es una lacra, es un privilegio, un honor y una aventura.

Acabo con Carlos I en el Monasterio de Yuste, el hombre más poderoso del mundo, tal vez uno de los que más poder han ostentado a lo largo historia, retirado del mundo. Tal vez se sintió derrotado, no lo sé, pero yo creo que su objetivo era otro, era construir un universo, el suyo, lejos de intrigas y de mentiras. Al final de su vida se dio cuenta que los triunfos no se cuentan por las banderas de los vencidos, sino por la sencilla observación de todo lo estupendo que nos rodea. Gran lección la del Emperador. Al final ganó la partida a todos.

Dedico este escrito a mi abuela en su 109 cumpleaños. Algunas de estas ideas y una parte de lo que soy, son obra suya.
Leed mucho.
M.






lunes, 5 de marzo de 2018

Un año más, ARCO entra en nuestras vidas...

Un año más, ARCO entra en nuestras vidas... Con todo lo que ello conlleva. Comenzando con el estilismo de LetiZia, que siempre da que hablar. Este año, apostando por el rojo pasión, color de España y su protesta muda ante los ataques de nuestros enemigos internos. No suelo alabar a la Reina, porque me parece demasiado ficticia, pero aplaudo su decisión y la pongo como ejemplo de sutileza e inteligencia femenina. 

Bien, pues nada, con mi entrada de Profesional en el mundo del Arte, y sin miedo a nada, ni prejuicio alguno - ni estético, ni político -  he entrado en el santuario del Arte Moderno, ARCO, quede este dato para la Historia Universal. Poniendo el acento en el aspecto estético, y con el objetivo de mimetizarme con el entorno, me he calzado unas zapatillas de deporte de color estridente y un abrigo de imitación de piel de leopardo, así por darle un toque adecuado a mi presencia en ARCO, lástima que nadie se haya dado cuenta.



Tras franquear las puertas y con aire de desenfado, gafas fashion y mirada incisiva, he comenzado a pasearme por los stands de los galeristas, teniendo claro lo que quería ver, a saber, obra de arte que incluya 'materia prima', entendiendo por este concepto, sustrato entendible y analizable. No una bazofia de mensaje torticero y obvio con el que el artista pretende descubrirnos lo obvio.



¡Hijo mío! Si el dinero es falso y acuñado por un Estado ficticio, sólo te queda irte a vivir a una ciénaga, como hizo Henry David Thoreau, y comer saltamontes en salsa de cieno. No se te ocurra exponer en una Feria de Arte que no esconde su amor por el Capitalismo y su deseo de vender obras a gente que tiene dinero. Que - como es obvio, natural y sabido - son magnates que dan forma a los Estados ficticios. Hipocresía en estado puro. Huir y salir corriendo me parece poco. Lástima que no pueda, porque tengo que parecer calmada, entendida. Las gafas fashion no puedo quitármelas, es parte del show. Confieso que he entendido tarde el juego, y así me ha ido, es decir, se trata de mentirnos unos a otros y ser lo que no somos.

Viendo este mensaje escrito en letras doradas - imagino que como parte del atrezzo de la obra - me pregunto si verdaderamente ha habido censura en ARCO. Ahí dejo la reflexión y de paso cuelo la mía. Un "artista" llamado Santiago Sierra, expone 24 retratos pixelados de personajes públicos completamente reconocibles. Acompaña los dibujitos en cuestión con la leyenda de "Presos Políticos". Como me he desentendido de la prensa desde que comenzó la performance catalana, no conozco bien los nombres, excepto el del pelambrón de Puigdemont, pero vamos tres de ellos son políticos catalanes acusados de sedición, uno a la fuga y otros en la cárcel. El castellano o español, es una legua inmensamente rica en matices, simplemente con escribir "Políticos Presos" el mensaje cambia radicalmente, pero se trata de provocar, no de alumbrar una obra maestra. Se trata de tener un momento de gloria dentro de una atmósfera de vacuidad. Hay que producir novedades a cada minuto, sin pausa. Y tener la suerte de que los comisarios de las ferias, mediocres y poco duchos en la cultura de masas, te retiren los cuadros haciéndote el favor de tu vida. Nuestro Santiago Sierra ha tenido ya su minuto de gloria efímera. No creo que consiga más. La era del arte provocativo ha pasado, la crisis la ha barrido. El ARTE se ajusta al Mercado más de lo que los artistas - con sus entendederas cósmicas escritas en letras doradas - perciben. 

Es más, la época del arte provocativo es tan vieja que aburre, ya Duchamp nos colgó el urinario y algún tonto cayó extasiado mientras él se moría de la risa.

Toda iniciativa privada (si logra hacerse un hueco a gran escala) acaba en manos públicas. Momento en el que es devastada. Ese es el debate, la inelasticidad del pensamiento público y su NO necesidad de justificar sus actos. No si es adecuado retirar una obra de arte que no es tal. Vamos, que es una caca pura.

Bien, ahí queda mi opinión. Conste que este rollo descrito anteriormente lo anoté a mano en una mesa mientras tomaba un café rodeada de cuadros y montajes imposibles.

Ahora planteo un idea, y si - en vez de poner fotos pixeladas - el artista hubiese moldeado con sus manos las cabezas, y las hubiese colocado en una superficie plana simulando cabezas cortadas...



Como obra de arte, pues sinceramente, da susto. Pero al menos existe una materia prima, un talento a la hora de dar forma a una parte del cuerpo humano. ¿Alguien colocará esto en su casa? Otro punto a reflexionar. Imagino que si las cabezas son intercambiables, es decir, si un día pones a unos delante y a otros detrás, en función del cariño que les vayas cogiendo, la obra tendrá más venta. A mi, así a priori, el de la barba negra me cae mal, no se sabe si tiene los ojos cerrados o abiertos. La señora que está a su lado, es como grimosa, una mezcla entre Santa Catalina de Siena y la Reina Victoria de Inglaterra. Pero sí, podría pasarme horas moviendo las cabezas y buscándoles parecido. Lástima que no preguntase si tal cosa era posible, y si - para darle un toque de color a esta obra algo funesta - podía intercalar unas velitas de colores entre cabeza y cabeza. ¡Así, por la noche! Antes de meterme en la cama.





Yo - Minerva - daría comienzo al nuevo "Arte conceptual-intercambiable de combinaciones infinitas". Guaaauuuu... ¡Qué vértigo!

El siguiente paso es hacerme oír, y - para lanzar un mensaje claro de que es necesario escucharme - colocaría alrededor de mi nueva creación, unos audífonos gigantes. Sin filtros, sin mensajes subliminales.  Primero intercambio cabezas, luego las ilumino y - posteriormente - me hago notar. ¡Y sin imágenes de sinvergüenzas en juego!




Un genio, soy un genio... Reconozco que me siento como pez en el agua. Me gusta ARCO, no por ello voy a privarme del placer de divertirme e imaginar. Es un hecho que hubo unos años demasiado extremos, demasiado absurdos, yo diría que entre 2005 y 2012. Obsesión con el desprestigio de la religión, aderezado con mensajes torticeros y obvios. Pero en los últimos años veo obra más interesante, que brinda la posibilidad de dejar volar la imaginación. Cuadros que compraría si, en vez de llevar unas gafas de plástico y un abrigo fabricado a base de despojos de petróleo, luciera un modelito de Prada y unas grandes gafas de Chanel. Pero claro, con lo del mi faceta de creadora del "Arte conceptual-intercambiable de combinaciones infinitas", puede que mi suerte de un giro radical y tenga que quemar el abrigo de mezclilla y decir que yo NUNCA imaginé que movía cabezas de cera de un sitio a otro. El hombre - como el arte - tiene que reinventarse en función de los vientos que soplen.

Mi cabeza no para de darme ideas.... ¡Se me acaba de ocurrir otra para completar la obra de las cabezas!! Ver los cráneos cercenados, lleva a preguntarse dónde están los cuerpos. Nada, muy sencillo, chamuscados y metidos en unas vasijas, que colocamos alrededor de la mesa... Simulando vasos canopos, como los que usaban en el Antiguo Egipto.

Haciendo juego con las velas. ¡Interesante! Sin duda...

Por cierto... 
¿Alguien sabe que es esto?




Después de todo llego a la conclusión de que ARCO es un ente vivo, ágil y expresivo. Quizás mejor que ir a un Museo, estático e inmutable.
Pensad por vosotros mismos.
M.