sábado, 9 de septiembre de 2017

El Tirano Globito y otros espantajos del siglo XXI

Acaba el verano, y casi el año, y seguimos igual. Mismas noticias cansinas concentradas en dos focos, Cataluña y su desvergüenza y el Tirano Globito. Pensado frívolamente es genial, porque con la excusa de que existen estos dos centros de concentración de frikis y espantajos abominables, podemos explicar cualquier fenómeno que se produzca, ayudar a los becarios que trabajan en la prensa durante el verano a rellenar huecos en los periódicos y, lo que es más importante, dejar que los políticos de todo tipo y condición se luzcan con su verborrea insulsa y repleta de topicazos, disfraz de su incapacidad y perfidia. 

De Cataluña no hablaré. Cansa. Pero del Tirano Globito, Kim Jong-un, sí.

Lo de Corea del Norte no tiene nombre. Hay una dinastía de degenerados que tiraniza a millones de seres humanos con cara famélica y aires de alienados, y rellenamos hojas e informes contando y repitiendo los chascarrillos de este pirado como si fuera la cosa más divertida del mundo. Ahí está el gordo/globito fotografiado como si fuera un Dios, con una corte de alelados siguiéndole y apuntando todas las sandeces que dice en unos cuadernillos. Este tipo además es la pera, sabe de todo. Conoce todas las disciplinas del saber habidas y por haber. Escribe decenas de libros al día sin perder la forma del tupé, y el escaso tiempo que le sobra lo dedica a purgar a altos cargos del partido arbitrariamente (de los pobres diablos que arrancan hierbajos por la calle no se ocupa, se mueren de hambre sin necesidad de mayor empujón). Pero ¡ojo! que a los purgados no hay que tenerles pena, porque fueron igual o más sádicos que el dictador. Las muertes son terribles, eso sí. Devorados por perros hambrientos, desintegrados por un misil en medio del mar... Allí hay que andarse con mucho ojo. 




Pero atentos al Globito ¡Es capaz de mantener la atención de tontos con ideas huecas (me refiero a los observadores europeos y americanos, a los gurús del saber geopolítico), tener a su pueblo pasando hambre y ¡ganar dinero!! Un crack. Una de las mentiras de occidente (otra de tantas) es ridiculizar a este sujeto, que es más listo que entre todos nosotros juntos.

Corea del Norte, un país remoto, que en nada afecta a España - por ejemplo - por mucha globalización que haya, sirve para llenar líneas de publicaciones muertas y para justificar el sueldo de analistas/periodistas ridículos que se creen Cervantes y lo único que publican son refritos sin gracia. Sin darse cuenta que, con sus comentarios obvios y manidos a más no poder, contribuyen al soporte del régimen y son tan culpables como el Globito de la miseria de millones de personas.


Si cada vez que tira un misil, sin ánimo de dar a nadie, porque entonces lo fríen a él, se le ignorase, no estaría cada día más gordo y más desafiante. Pero claro, ha dado con la horma de su zapato, al otro lado está el mundo de "tocamerroque", el universo del adoctrinamiento bienintencionado y hueco. "Mirad, mirad, queridos ciudadanos, que malos son allí y que buenos somos nosotros". Eso sí, los que han tenido la mala suerte de nacer allí, pues a comer arena, porque nosotros con nuestra infamia vamos a seguir sosteniendo a este mamarracho gordo.

¡Ay que me pierdo!

¿Alguien piensa en realidad en el ciudadano de a pie, esté donde esté? He observado, que las élites (las que lo son y las que creen serlo) desprecian profundamente al ciudadano común. Es su gran amenaza. El pobre, el indigente, el que ocupa el lugar más bajo, les resulta indiferente. No les amenaza. Es más, como suelen unirse bajo consignas 'buenistas' que tienen entre sus lemas ayudar al necesitado, les viene de perlas. Es genial. Si son de izquierdas su existencia les catapulta a la fama, puesto que aireando sus miserias, generan todo un discurso sobre lo injusto del mundo y sobre lo malísimos que son los ricos.

Por otro lado, los poderosos, mientras se desviven por el pobre como parte de una estrategia global de dominación sin reservas, crean círculos de poder totalmente excluyentes que se dedican - entre otras cosas -  a formar a mano de obra barata pero muy competente que NI EN SUEÑOS llegará a ocupar puestos de responsabilidad. Desprecian a la clase media, al ciudadano común y corriente. No les importa si es sangrado por todas partes y si tiene - dentro de las empresas que ellos dirigen con una sorprendente endogamia - un puesto mal pagado y peor considerado. Al pobre lo necesitan, al ciudadano medio, lo desprecian. Así es la vida. 

El Globito es un reflejo extremo de este modelo. De nuestro propio modelo. Añado a esta reflexión que estamos vigilados y manipulados. 

¿Por qué me he metido yo hoy en este berenjenal? Yo quería hablar de un libro de Orhan Pamuk y he acabado enfangada en la tiranía del Globito, como un analista chusquero más. Esto refuerza más mi postura, el Globito es más listo que el hambre. Y los que van con el cuaderno, además de sobrevivir con lo que les toca, han enviado satélites al espacio. En España, que yo sepa, no hemos enviado ninguno. Tenemos satélites de aprovechados y corruptos por todas partes, pero nada en la órbita espacial, que donde interesa que estén estos artefactos.

Como soy una entusiasta del Museo del Prado, acabaré esta reflexión allí, enarbolando la bandera de la individualidad. Uno de los grandes logros de la modernidad es la especialización del individuo, que cada uno pueda hacer un mundo de sí mismo. Esto lo pienso cuando estoy delante del "Cristo Crucificado" de Velázquez (sin valorar su sentido religioso, porque no creo que el pintor fuese particularmente devoto). Su fuerza mística es tan grande, su espiritualidad es tan reveladora para quien se tome la molestia de verla, que te arrolla transportándote a ese escenario que salió a la luz en el palpitante Barroco de Velázquez. Un hombre solo, humillado y vencido se muestra con humildad ante el que quiera mirarlo. Porque lo han aniquilado, pero hay algo que no han podido borrar de su expresión, de su vida perdida, y eso es la INDIVIDUALIDAD.

Luchad por la vuestra, da igual en qué mundo vivamos, si nos gobierna un dictador o un demócrata, lo único que hay que construir cada día es nuestra propia realidad. Nuestro mundo de sueños, nuestra esencia como individuos llenos de luz.

Leed mucho.
M.



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