lunes, 14 de diciembre de 2015

Saliendo de la Estación de Atocha

Leí hace poco un artículo en algún suplemento literario, lo siento no me acuerdo cual, que recomendaba encarecidamente la lectura de 'Saliendo de la Estación de Atocha'. Ben Lerner es, junto a William T.Wollmann y Johathan Safran Foer, una de las grandes promesas de la literatura norteamericana del siglo XXI, ahí es nada. 



Tres puntualizaciones antes de continuar con mi visión personal sobre el libro, son tres ideas, pero me parece importante mencionarlas:

(1) Para los anglosajones, ya lo he dicho mil veces en este espacio, lo suyo es lo único que existe. Es verdad que es un buen libro, pero no me cabe duda que algún escritor esloveno (por mencionar algo poco convencional) ha escrito algo del estilo, pero mucho mejor. Obviamente, no lo conoceremos nunca.

(2) Los norteamericanos son profesionales hasta la médula. Hay mucha basura literaria, porque lo publican todo (un poco de esto pasa también en español), pero el que pertenece al mundo de la docencia y a los círculos universitarios, tiene un estilo elegante y depurado. Esto más un poco de garra y mano izquierda te convierte en un escritor de prestigio en un pis-pas.

(3) Tengo que decirlo... Cuando leí la biografía de Ben Lerner me cayó mal, así, sin paños calientes. Pésimo comienzo para acercarme a un escritor, hasta ese momento, desconocido. ¿Por qué? Porque estuvo un año becado en Madrid, viviendo cerca de la Estación de Atocha y alegremente reconoce que no sabe ni una palabra de español. Sonriendo, con sorna. 

Ahora la pregunta es: ¿Es un buen libro? Sí, lo es. 

Otra pregunta: ¿Es tan excelente como dicen los críticos? No, no lo es. 

Os hago un resumen. Adam Gordon es un estudiante americano que deambula por Madrid gracias a una beca. Para la obtención de la misma medio se inventó que era un poeta interesado en la Guerra Civil Española. En realidad no le interesa nada y escribe cortando y pegando otros poemas sin ton ni son. El tiempo libre que le queda - que es mucho - lo dedica a fumar mariguana, follar (así lo escribe él y así lo reproduzco) y a mentir a diestro y siniestro. Un golpe de suerte lo encumbrará y le permitirá codearse con lo más granado de la sociedad madrileña. Fin.

El libro es un monólogo de él mismo con sus mentiras. De vez en cuando hay algún diálogo, pero pocos. 

No hace falta ser un lince para ver aquí elementos autobiográficos. Protagonista y autor proceden de Topeka (Kansas) y en marzo de 2004 andaban deambulando por Madrid por obra y gracia de una beca. 

Algo realmente genial del libro es ver como un extranjero, con conocimientos básicos de español, genera una radiografía sorprendente de Madrid. Cada barrio, costumbre, rincón, miseria, grandeza, queda perfectamente reflejado en la novela. Al abordar la España de marzo de 2004 tras los atentados de Atocha, su estilo es veraz y directo. Sin apasionamiento pero absolutamente certero. 

Sin sonar patriota, creo que Lerner se vale de los defectos de la sociedad madrileña para describir mil y una formas de decadencia y podredumbre intelectual de nuestro mundo occidental. No creo que sea exclusivo de aquí y no creo que Lerner sea igual de crítico cuando aborda la sociedad norteamericana. Os lo confirmaré cuando lea su último libro '10:04'. 

Como digo siempre, leed mucho.
M.

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