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Debo
confesar que no me gusta el fútbol. La palabra adecuada sería ‘espanto’, me
espanta. No creo que haya nada más embrutecedor. Me consuela saber que a un
grande entre los grandes, como Jorge Luís Borges tampoco le gustaba, ‘es un
juego para mentes estúpidas’, dijo. ¡Gracias maestro!
Haré un
resumen rápido de lo que yo veo en el fútbol, para luego centrarme en la
literatura. Veamos. Los jugadores son, en su mayoría, menores de treinta años,
no han leído un libro en su vida, apenas saben hilar dos frases y llevan su
cuerpo cubierto de tatuajes absurdos. Para colmo, cobran cantidades de dinero indignas
y rara vez se dejan la piel (tatuada) en el campo. Su corta inteligencia no les
permite ni un resquicio de misericordia hacia los hinchas. Son mercenarios de
la peor especie.
Estos
mercenarios llevan al llanto y al paroxismo a los humanos, colapsan ciudades y
hasta provocan muertes.
No hay un
solo día del año en el que no haya fútbol. Hay una industria de invención de
torneos que no para de innovar, aquí reconozco un mérito inmenso. ¿Puede haber
algo en el mundo más machacón? ¿Algo que pueda poner a prueba a la mente humana
de una forma más ruin? Se asemeja ya al tormento de la gota malaya.
Pero vamos
a centrarnos, que esto es un espacio literario. Viendo la final de la Champions
por obligación, me preguntaba cuántos libros de fútbol hay que puedan calificarse
como ‘buena literatura’. Difícil pregunta. Ha resultado ser una investigación
complicada, las dos áreas no son afines, y los escritores de renombre no suelen
manifestar abiertamente que les interesa esta sinrazón. Excepto en contados
casos como el de Javier Marías en su libro ‘Salvajes y Sentimentales’, el tono
es de cautela o incluso de escepticismo.
Ninguno de
los libros está escrito por una mujer, ninguno. Creo que les costaría abrirse
camino en este tipo de literatura y por eso ni se molestan en redactar nada que
tenga que ver con el ‘deporte rey’, ¡Qué frase!¡Qué frase!’El deporte rey’, me
da la risa.
En
fin, recomendaré tres libros que he ojeado estos días y que sí creo que merece
la pena dedicarles un rato: el ya comentado de Javier Marías, Crack de Augusto Roa Bastos y El Fútbol
a Sol y sombra, de Eduardo Galeano.
Muy
importante. Evitad leer las tácticas futbolísticas de Jorge Valdano si no
queréis acabar en el manicomio.
Así que
ahora que comienza el Mundial de Brasil, ¡Socorro!, os dejo estos títulos para
aprovechar algo el tiempo entre partido y partido.
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