martes, 4 de junio de 2024

Rogelio II de Sicilia y la Gala MET 2024.

Roger II (1095-1154) fue rey de Sicilia hace casi mil años. Rogelio, tal es su nombre en castellano, fue el espejo en el que deberían mirarse todos los gobernantes europeos, este monarca fue un ejemplo a seguir en todos los sentidos. Ni un pero se le puede poner. Una suerte que en la lista de reyes del medievo se encuentre este ilustre nombre.

Roger II.
1143
Iglesia de la Martorana (Palermo)

Lo primero que cabe preguntarse respecto a él, es cómo un individuo de raíces vikingas y origen guerrero se convirtió en un rey culto y civilizado. Alguien que dejó para la posteridad rincones tan maravillosos como la Capilla Palatina o la Catedral de Cefalú. Cómo una persona que sólo conocía la guerra y la violencia desde su nacimiento, recondujo su vida hacia la cultura y atrajo a su corte todo tipo de personas con conocimientos sobre astrología, arte, literatura..., sin importar raza o religión. Sexo sí, las mujeres no contaban. Pero eso es ya sabido se acepta y punto, a otra cosa. Lo que pasó hace mil años no se puede cambiar.

A mí se me ocurren dos razones obvias, una que fue producto de su tiempo y cargo. Como además era una monarquía de nuevo cuño, tuvo que esforzarse más, hacer que su joven dinastía eclipsase a otras cuyas raíces se hundían en tiempos más remotos. La segunda es que en el sur de Europa, tras siglos de intercambios más o menos pacíficos, el racismo no existía. La invención de este concepto es única y exclusiva de los puritanos que fueron a América en el Mayflower en 1620 y decidieron que Dios a los indios no los quería. Hasta ese momento, hubo guerras de religión, de poder, de odios y legitimación, pero no hubo racismo tal y como nosotros lo conocemos.

Tampoco había homofobia, Jorge de Antioquía, impulsor de la construcción de Santa Maria dell'Ammiraglio (La Martorana) en Palermo, fue homosexual, lo que no le impidió ser un estrecho colaborador de Roger II, al que tal circunstancia debía importarle un bledo. Porque en el siglo XI, al no haber agua corriente, luz, internet..., estas cosas importaban poco, con aguantar el tirón más allá de los cincuenta, la gente se daba por satisfecha. 

Quinientos años antes de los acontecimientos que estoy narrando, Teodora (501-548), emperatriz de Bizancio, llegó al trono siendo sabido por todos que había ejercido la prostitución desde muy niña, y no hay ni un sólo documento que indique que esto fuese escandaloso o reprobable para nadie.

No hay muchos libros en español que hablen de la historia de los Normandos en Sicilia, el único que conozco es el de John Julius Norwich. No está mal, pero hay que tener precaución con este tipo de escritores ingleses criados bajo las directrices de Oxford. Para ellos, todo lo que está al sur de París es oscuro, una madeja que sólo la luz de los herederos del Mayflower pueden desenmarañar. Está lleno de juicios de valor alumbrados por la ética xenófoba protestante. Pero si os interesa el tema no hay otra cosa, tenéis que leer este ensayo.   


Confieso que cuando leí éste, y otro libro suyo titulado simplemente 'Sicilia', estuve a punto de escribirle y recriminarle su falta de rigor histórico. Ambos libros están llenos de gazapos, omisiones y juicios de valor que un historiador no debe permitirse. 

'El otro gran logro de Constantino - hacer del cristianismo la religión oficial del Imperio Romano  - tuvo el mismo impacto en Sicilia que en el resto de territorios, y la nueva fe ganó adeptos rápidamente' 
'Sicilia. Una breve historia desde los griegos hasta la Cosa Nostra'. El Ático de los Libros. 
 Primera Edición (Marzo 2022). Página 83.

Cualquier persona medianamente leída sabe que esto es falso, Constantino estableció libertad de culto, nada más. Fue Teodosio I (347-395) quien en el año 380, mediante el Edicto de Tesalónica, hizo del cristianismo la religión oficial del Imperio. 

Hay decenas de gazapos como este, omisiones y medias verdades, como otorgar a la monarquía inglesa un poder y una importancia que no tuvo hasta bien entrado el siglo XVI. 

No le he escrito porque murió en 2018 y no habría podido leer mi correo.

Que Norwich escriba sobre Roger II como un personaje de película de sajones y normandos rodada en la década de los cincuenta del siglo XX, que incida más en la salvación milagrosa del rey tras una tempestad como causa y génesis de la Catedral de Cefalú, y tape la increíble herencia cultural de la isla y la inteligencia de sus artífices, es otro ejemplo más de que asimilamos sin pensar todo aquello que viene dictado por la cultura WASP. Este terrible mal que nos aqueja está agravado por la mediocridad de nuestras élites. Que al no leer nada de nada nunca, no pueden protestar antes semejantes atropellos a los que nos vemos sometidos las gentes sensibles.

Otro de los acontecimientos sorprendentes que debe hacernos reflexionar, es que la Capilla Palatina de Palermo fue inscrita como Patrimonio de la Humanidad de la Unesco en 2015... ¡En 2015!... Mmmmmm.... Ommmmm. Pero no por su belleza, no queridos, por su retrato de la convivencia entre distintas culturas y razas. Dios me dé paciencia para aguantar tanta sandez. El progreso es lo que tiene, la línea recta que hemos trazado, que asciende desde un pozo profundo de barbarie (Prehistoria) hasta el momento en el que nos encontramos, donde no paramos de avanzar en el sentido correcto en todos los aspectos y formas, hace que no dejemos de ser unos tontos de la baba, unos anormales funcionales. Sólo me sosiega pensar que la línea recta sobre la que caminamos, se dirige al gran agujero negro súper masivo que hay en la Vía Láctea y que nos engullirá a todos. Ñam, ñam. Así una vez desmaterializados, ya no diremos tantas tonterías. 

Para los hombres de hace mil años, la religión y la raza eran dos temas totalmente superfluos. No había justicia social, al nacer te lanzaban al mundo sin lugar definido, sin misión, sin entretenimiento colectivo, sin redes sociales, ni Estados que lanzasen mensajes sociales huecos, eras - a todas luces - un corcho en medio del océano. Roger/Rogelio sabía de lo efímero de su vida, por muy rey que fuera, y por ello quiso dejar una huella de su paso por aquí, pero si había negros o blancos entre los representados en la Capilla Palatina de Palermo, creedme, no le concedió importancia alguna. 

Que algo como el legado normando de Sicilia haya tenido que esperar hasta 2015 para ser puesto en el mapa, indica que algo enfermizo nos está devorando. La razón que se suele esgrimir para justificar esta tardanza, es que Sicilia no era un lugar seguro por culpa de la mafia. Tampoco lo era Angkor Wat, en medio de la selva y con los Jemeres Rojos merodeando, y lo inscribieron en 1992. No, no hay justificación posible. 

Para la cultura WASP tiene todo el sentido, recordad que hasta que la luz del protestantismo no se encendió en el siglo XVI, todo era oscuridad y tinieblas. Mostrar el legado normando el Sicilia como el resultado de la fe y el avance social de un pueblo engendrado en la barbarie vikinga, que para más inri puso en jaque al Reino Unido (recordad las películas - ya mencionadas - de sajones y normandos), es algo inasumible para esas cabezas huecas y bárbaras. Por eso es mejor inventar algo irrisorio y ridículo.

La luz que nos guía, que nos ilumina desde los rascacielos de Nueva York, que decide que monumentos merece la pena visitar y cuáles no, ha querido que - un año más - nos ceguemos con el glamour de los beodos que asisten a la Gala Met en calidad de espantajos funcionales. Os resumo, cada año a principios de mayo, se celebra en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York (MET) una gala a la que asiste gente que debería estar encerrada en un pozo, a ser posible el de la desesperación, a la que se 'obliga' a ir vestida siguiendo un patrón acorde con los enfermos tiempos en los que nos ha tocado vivir. Este año... ¡ATENCIÓN! 'Sleeping Beauties: Reawakening Fashion'... Un tributo a la naturaleza. Rogelio debería levantarse de su tumba en la Catedral de Palermo y liarse a espadazos contra tanto despojo viviente. Contra tanto inculto, contra tanta vacuidad.

¡Uf! Debo tener cuidado. Suelo recibir críticas destructivas en otros medios, incluso llegan a insultarme por gritar mi verdad. Pero entended que me siento sola ante tanto atropello. Nadie se da cuenta de cosas que son absolutamente obvias, cualquiera puede verlo. No hace mucho, en una cena, me invitaron a hacer el brindis inaugural, y no pude reprimir expresar mi odio hacia el cientifismo sin alma que nos rodea, hacia el utilitarismo que sepulta la delicadeza del arte normando durante siglos, esa corriente que escucha los gritos histriónicos de cuatro payasos en las puertas del MET, mientras silencia de forma consciente a las obras de arte que este museo contiene. 

Las obras de arte que contiene el MET son - en gran parte - de la época en la que el Reino Unido era una marisma de miseria e incultura. La reescritura y - obvia - reinvención de su historia va muy pareja con los repositorios cerrados y podridos de los que sacamos nuestras frases huecas, bueno yo no, yo soy una outsider y sólo emito juicios de valor políticamente incorrectos. 

Os estaréis preguntando de qué va este artículo, ni yo misma lo sé, no puedo mentir. Mi objetivo, al comenzar a escribirlo, era poner a Sicilia en el mapa de vuestros pensamientos y lecturas. Dar a conocer una parte de la historia de Europa que es desconocida por culpa de muchos factores, no todos achacables a los WASP. Mi objetivo es siempre destapar el brillo de aquello que está oculto por la estupidez humana. No siempre lo consigo.

Viajad a Sicilia (no en verano, a ser posible) y leed mucho.
M.

No hay comentarios:

Publicar un comentario